Pruebas forenses
Cuando hablamos de pruebas de huellas dactilares o de ADN, o de proporciones de alcohol en sangre en casos de conducción bajo los efectos del alcohol, o de pruebas de peritos médicos o psicólogos sobre la salud mental de un acusado durante la comisión de un presunto delito, estamos hablando de pruebas forenses. Aunque muchos de nosotros, incluidos muchos posibles jurados, podemos pensar que gran parte de este tipo de pruebas, como los análisis de huellas dactilares y de ADN, son sacrosantas, lo cierto es que un abogado con experiencia en el manejo de este tipo de pruebas, incluida la interacción detallada con los expertos apropiados, puede descubrir puntos débiles en la presentación por parte de la acusación de las denominadas pruebas científicas forenses. Un acusado que se enfrenta a cargos penales graves y/o violentos que incluyen pruebas forenses como parte de la acusación del fiscal no debe sentirse derrotado inmediatamente. Puede haber muchas explicaciones posibles y creíbles para la existencia de estas pruebas en su caso y es necesario encontrar un abogado que se tome el tiempo necesario para escuchar su historia y examinar a fondo la relación entre esa historia y las «pruebas» que supuestamente la refutan. Su abogado debe conocer a fondo los aspectos técnicos de estas pruebas para poder rebatir a un perito de la acusación en el juicio y, si es necesario, reforzar la defensa con un perito cualificado propio.